sábado, 11 de junio de 2011

MIRA QUIEN HABLA



" Io e Lui" es una novela de Alberto Moravia  que dejé de leer al poco de iniciarla en cuanto me di cuenta de que empezaba a hablar de cosas "serias". No obstante creo que hay que agradecerle a Moravia que con esta novela en concreto desencadena el popular género cinematográfico de genitales parlantes. La primera película de la que tengo noticia perteneciente a este género es también la primera versión de la novela mencionada, que dirigida por Luciano Salce, se pega tanto al texto de la novela  que termina aburriendo por las mismas razones que esta. La pretensión de alejarse del cine erótico italiano de la época no hace más que poner de manifiesto la incapacidad del director para equilibrar una historia que ni consigue hacernos reír ni que nos tomemos en serio sus "sesudas" reflexiones. El mismo argumento de la polla parlante que incita a su dueño, obseso y reprimido, a liberarse y a abordar a las mujeres con mas seguridad,  es empleado en dos versiones mas: una del año 1986 titulada "Lo mío y yo" producción USA dirigida por la alemana Doris Dorrie. Esta  realizadora se puso de moda en aquella década gracias a su visión patato-feminista de la naturaleza masculina. Se agradece el intento de engrasar un poco la historia aunque a pesar de la producción americana el tono humorístico resulta  algo alemán. No digo más. La tercera versión es aún peor ya que se trata de una producción alemana de 2000 titulada en castellano "Hormigas entre las piernas" y que no se si se llegó a estrenar en cines en España. Yo he visto una copia argentina en muy mala hora. En esta ocasión el mismo argumento mas o menos se traslada al mundo juvenil de forma que nunca supe si la intención de esta cinta era la de convertirse en  una especie de comedia adolescente en plan "American pie" pero con la sobriedad mittel-europea o la de tomarse completamente en serio la historia de Moravia.
"Marquis" de 1989 es la historia de un pobre individuo encadenado en la Bastilla que soporta su condena gracias a la compañía de su nabo con  quien habla e incluso discute ya que esta es mucho mas consecuente con la realidad que él mismo.  Se trata esta vez de una película de animación que podría haber visto con placer si no fuera por mi animadversión a los animales humanizados y es que los protagonistas de este film son humanoides con cabeza de bichos, lo siento pero esto me da asquito y  me saca totalmente de la historia.
La obra fundamental de este genero es sin duda "El sexo que habla" de 1975 de Claude Mulot protagonizada por Penelope Lamour en el papel de una mujer que descubre la habilidad de su coño para hablar sin problemas, cada vez mas y de forma mas impertinente incluso en público, lo que le hace adquirir gran fama hasta el punto de ser entrevistado para la TV en una de las mejores secuencias de este buque insignia del  porno-chic de los 70. Desde luego que ese aire canalla intelectual tan francés propio de la nouvelle vague, aunque bastante superior a la mayoría de obras de esta corriente cinematográfica.  Tras el éxito de "Les sexe qui parle" los americanos decidieron hacer una versión musical donde al parecer el coño de la protagonista no solo habla, también canta. Lamento mucho no haber visto esta película de la que me han contado maravillas. Por último haré mención a un producto nacional titulado "El ojete de Lulú" del inefable Tío Jess que no es mas que un intento de hacer una versión anal de la película de Claude Mulot y que protagoniza y codirige en esta ocasión la musa por antonomasia de Jesus Franco, Lina Romay acreditada creo recordar como Lulú Laverne. No tienen gracia los chistes ni los monólogos del ojo del culo de esta peliculilla que como mucho resulta entrañable por esa ternura con la que Tío Jess nos muestra los cuerpos de sus chicas y el esfuerzo que la señorita Laverne o su doble hacen para que su esfínter intente vocalizar lo suficiente como para dotar de cierta credibilidad a la locuacidad de su cerete, algo en lo que supera, todo hay que decirlo, a la película francesa.
En fin, pollas, chochos y buyates, cualquier parte pudenda puede tener conversación y hasta discurso y sus opiniones pueden ser tan respetables como las de cualquier cerebro. Esto me recuerda la famosa frase de Harry el sucio: "Las opiniones son como el culo, todos tenemos una"

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